Reseña: "Lo que aprendí de mi pingüino", de Tom Michell



No, tranquilos, esto sigue siendo El cuervo de alas rotas y no estoy planteándome cambiarlo por un pingüino... aunque con novelas tan tiernas como ésta, a cualquiera le entran ganas de adoptar uno. Hoy os traigo la reseña de "Lo que aprendí de mi pingüino", Una apasionante historia casi de amor entre un pingüino y el hombre que le salvó la vida.
¿Te quedas a leerla?

Uno de los detalles más adictivos de esta novela es conocer que es autobiográfica. Su autor, Tom Michell, cuenta que la historia de Juan Salvador (O Juan Salvado, como bautizaron al animal) solo había sido una anécdota familiar que contaba y repetía cada cuanto en cuanto, sin nunca llegar a plantearse darla a conocer al resto del mundo. De esto han pasado ya varias décadas, pero su inconfundible amistad con el pingüino que cambió su vida sigue brillando con la misma fuerza que en aquellos años.

Tom Michell veranea en Uruguay cuando encuentra a un pingüino atrapado en medio de una marea negra de petróleo. Sin dudarlo, decide acercarse en auxilio del animal y llevarlo a su casa para intentar salvar su vida.A partir de entonces, se establece entre ambos una relación muy especial. El pingüino se las arregla para hacerse entender y dialogar con Tom, quien decide llamarle Juan Salvador. Es el principio de una insólita amistad y de una convivencia que durará varios años. Esta criatura tan sociable como excéntrica se convertirá, entre otras cosas, en la mascota del equipo de rugby del internado, en el confidente del ama de llaves, en el anfitrión de numerosas fiestas en los aposentos de Tom y en el entrenador de natación más estrafalario de la historia...

Juan Salvador transformará la vida de todos, desde la del niño más solitario del colegio hasta la del propio Tom, quien en este libro único nos relata las experiencias vividas durante aquellos años con su entrañable e inimitable amigo el pingüino.

Es una historia muy fácil de seguir y de leer, que además viene decorada con algunas tiernas ilustraciones del pingüino y datos generales sobre su especie y características. Estos últimos pueden contribuir a la parte más densa de la obra, aunque en mi caso me resultó muy interesante indagar un poco en las costumbres de estos bellos animales ya que es muy poco (por no decir nada) lo que yo entiendo de pingüinos. El resto, una delicia. Apenas encontramos diálogos, aunque el autor lo suple con conversaciones que él imaginaba mantener con su simpático compañero. Podríamos considerarlo como un diario de aventuras con transfondo político y conciencia social: Nos recrea las dificultades de la época, y a su vez intenta hacernos conscientes de la importancia de cuidar de nuestro ecosistema y las especies que viven en él. Y todo esto, por supuesto, narrado con una sencillez y dulzura aptas para todo tipo de públicos y edades.

Al margen de Juan Salvado también nos encontramos con otros personajes memorables y que se saben ganar un hueco en nuestros corazones, como algunos de los alumnos de Tom o la simpática ama de llaves.



 Personalmente me gustó mucho (Tranquilos, sin spoilers) el capítulo del zoo. En el libro se aprecían muchos mensajes ocultos, tiernos, que abren paso a la reflexión. Nos hace darnos cuenta de la situación por la que pasan muchos animales en los zoos, otro tema polémico hoy en día ya que defender los derechos de todos y cada uno de ellos se ha convertido en toda una lucha masiva. Por otra parte, también mezcla mensajes políticos (Menos agradecidos por mi parte) y pequeños retazos históricos de la situación por la que pasaba Argentina en aquella época. En otras palabras, un gran ejemplo de aprender leyendo sin que la experiencia decaiga en ningún momento.

Tampoco puedo terminar sin mencionar la edición del libro, porque somos muchos los que también "juzgamos un libro por su cubierta" o valoramos el trabajo invertido en su maquetación. En este caso, como ya he dicho, las ilustraciones interiores me parecen un añadido bastante acertado y la propia portada en sí es una preciosidad. Ésta primera edición viene con cubierta en papel, y al desprenderla podemos ver una nueva ilustración. Como dato curioso, el negro sobre los tonos pastel es todo un acierto: Cuando mi padre vió el libro en mi mesita de noche tuvo que tocarlo porque el pequeño animal parece querer escaparse de la portada.



Emociona. Sensibiliza. Pero sobretodo otorga un merecido disfrute para esos ávidos lectores que no nos conformamos con cualquier cosa.

¿Dejarás que éste pingüino se cuele también en tu vida?




Participo en
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8 comentarios:

  1. Tiene un aspecto muy tierno y es verdad que las ilustraciones son preciosas... ¡Me lo apunto!

    Un saludo

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    1. Lo es, lo es. Pero también abarca muchos puntos de vista, lo considero una de esas lecturas que te aportan algo una vez finalizas el libro.
      ¡gracias por pasarte! :)

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  2. ¡Holaaa! Me ha resultado interesante, parece que abarca muchas cosas ^^
    ¡Un besooo!

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    1. La verdad que si, el autor aprovecha a contar todo cuanto vivió y conoció durante aquellos años con su pingüino.

      Un beso!

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  3. hola! nosotras somos argentinas y en cuanto lo tenga cerca lo vamos a leer. claro que le hacemos lugarcito. gracias por compartir!

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  4. hola! nosotras somos argentinas y en cuanto lo tenga cerca lo vamos a leer. claro que le hacemos lugarcito. gracias por compartir!

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  5. Ya me llamó la atención la portada del libro, y si encima tiene buenas ilustraciones y la historia acompaña, seguro que caerá. Me gusta la reseña. Un saludo.

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  6. Vaya, qué tierno...me recuerda a Platero y yo. Gracias por la reseña, me lo apunto.
    un beso.

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