domingo, enero 19, 2020

Reseña: Nuestra señora de París, de Víctor Hugo

¡Cuervos días!
Hace tiempo que no me sumerjo entre las páginas de ningún clásico y reconozco que diciembre no me ha puesto fácil terminar éste... pero ha merecido la pena con tal de volver a perderme entre estos pórticos, sus esculturas y toda la grandeza que conforma una de las catedrales más bellas del mundo, recientemente pasto de las llamas y a la que hoy dedicamos ésta reseña.

En el París del siglo XV, con sus sombrías callejuelas pobladas por desheredados de la fortuna y espíritus atormentados, la gitana Esmeralda, que predice el porvenir y atrae fatalmente a los hombres, es acusada injustamente de la muerte de su amado y condenada al patíbulo. Agradecido por el apoyo que en otro tiempo recibió de ella, Quasimodo, campanero de Nuestra Señora, de fuerza hercúlea y cuya horrible fealdad esconde un corazón sensible, la salva y le da asilo en la catedral.
Nuestra Señora de París ha dado lugar a numerosos libretos de ópera y a varias versiones cinematográficas.


Me cuesta imaginar que, tras las múltiples adaptaciones que ha tenido la obra, exista alguien que no la conozca. ¿Ni tan siquiera por la película de disney? Aunque si hay algo en lo que la novela de Victor Hugo siempre destrozará a todas sus réplicas es, sin duda, la pasión con la que describe Notre Dame. Tan intenso, tan poderoso que no solo la hace parte de la narración: Consigue meternos en ella.

La Iglesia de Nuestra Señora de Paris sigue siendo hoy, sin duda, un edificio sublime y majestuoso. Pero por muy hermoso que se haya conservado al envejecer, no se puede por menos que suspirar, que indignarse a la vista de las degradaciones, de las mutilaciones sin cuento que simultáneamente el hombre y el tiempo han hecho sufrir al venerable monumento. [...] En el rostro de esta vieja reina de nuestras catedrales, junto a una arruga hay siempre una cicatriz. Tempus edax, homo edacior. Lo que traduciría gustosamente de esta forma: El tiempo es ciego, el hombre es estúpido.

"Nuestra señora de Paris" se centra en diversos personajes a los que va cediendo protagonismo en cada capítulo: Por una parte tenemos la historia de Pierre Gringoire, autor de misterios. Seguimos las desventuras de Quasimodo, el campanero de Nuestra Señora, sordo y jorobado. Observamos las pasiones y terrores que despierta Esmeralda, la bailarina, una joven por la que todos suspiran y a la que consideran una bruja sólo por ser atractiva, se creen con derecho a poseerla y acosarla, usarla y condenarla. Las maquinaciones del diabólico archidiácono Claude Frollo o la nula honestidad del capitán Phoebus de Chateaupers. Y entre ellos, como uno más, se pierden auténticos personajes históricos (Luis XI) y la siempre imponente catedral.

Frollo ha cuidado de Quasimodo todos estos años, siendo su único apoyo y la única persona en la que confía... hasta que la ciudad de París comienza a verse inmersa en un auténtico infierno. A Quasimodo lo condenan por su aspecto.  La joven gitana Esmeralda es acosada por las calles y condenada a muerte... hasta que la criatura de la catedral sale a buscarla y recurre al derecho del asilo para protegerla tras sus fuertes muros. Frollo enloquece, y no es de ira: Está obsesionado con esa mujer y la quiere. La quiere. Pero ella está enamorada cual joven adolescente de un capitán que la ha utilizado como a tantas otras antes que a ella. El único que la trata bien... es ese chico deforme y sordo al que nadie mira con buenos ojos.

Por debajo de esta llama, por debajo de la oscura balaustrada con tréboles de brasa, dos gárgolas en forma de fauces de monstruo vomitaban sin cesar aquella lluvia ardiente que destacaba su chorro argentado sobre las tinieblas de la fachada inferior.

La novela se divide en 11 libros, y éstos a su vez, en extensos capítulos que nos van llevando por las muchas calles de París y sus personajes. Las descripciones son minuciosas, pueden llegar a hastiar a los lectores más impacientes: Demasiada información sobre la catedral sin que progrese la narración, o un elaborado contexto histórico que nos saca del libro. Claro que Victor Hugo pretende eso, contar más que una novela, es más compleja de lo que aparenta y bebe de todos estos detalles para atraparnos en ellos, hacernos partícipes de cada mínimo acontecimiento. ¿Personalmente? Si avanzas y llegas a su prodigioso final, descubres que todo mereció la pena.




Como es habitual en el autor, hizo numerosas denuncias en ésta obra. Tanto a profanaciones arquitectónicas que supone restaurar un edificio sin ningún conocimiento artístico, como las demoliciones que se llevan a cabo por descuidarlos. Intentó curar la ignorancia de aquellos que menospreciaban el arte de la Edad Media. Que el lector no se conforme con protestar. Cómo iba él a imaginar que su bella Notre Dame entraría a formar parte de la lista, con su aguja pereciendo entre las llamas bajo la atenta mirada de todo un planeta.

La edición que he tenido el placer de leer es en tapa dura con sobrecubierta y viene ilustrada con grabados de la época.  Tanto la traducción como las notas corren a cargo de Carlos Dampierre.

Al límite de lo aceptable, rompiendo las normas y juzgando una sociedad que le ha desencantado. Así se formó una de las novelas más destacables de Víctor Hugo, y el mito de la catedral más imponente de todas. "Nuestra Señora de París" es una carta de amor en forma de denuncia, y su destinatario, lo creáis o no, somos sus lectores.







13 comentarios:

  1. Hola! No soy mucho de leer clásicos pero lo cierto es Victor Hugo es un autor que me apetece mucho y este libro tiene muy buena pinta. Me alegra que te haya gustado. Muchas gracias por la reseña.

    Un saludo!

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    1. Te lo recomiendo, desde luego, aunque quizá por tu comentario sería más recomendable que empieces por alguna obra más breve para ir entrando en calor.
      Gracias a ti por pasarte.
      ¡Un beso!

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  2. Genial reseña para una novela de esas que uno piensa que debería leer, pero que por densa y por esas descripciones tan exhaustivas, tiran para atrás. Y encima está el final, que ya me lo han contado. El caso es que en la época de Víctor Hugo era normal que se escribiera así, no había tanta información por todas partes, la mayoría de la gente jamás habría visto ni vería en su vida una catedral.
    En fin, que alguna vez me ha tentado el que está ilustrado por Benjamin Lacombe, pero me imagino que es una versión, que aunque son dos tomos no está toda la novela tal cual y eso es como hacer trampa. Igual llega el día y me animo, esta edición que traes también es muy chula.
    Besos

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    1. Lo sé, sabía que a las dos nos rondaba el mismo dilema... la edición doble de Benjamin Lacombe tiene que ser preciosa por sus ilustraciones (Ya solo con la portada me tiene loca) pero estoy segura de que es una versión con muchos cortes porque es imposible que abarque una novela tan extensa, ni en dos tomos. En su día me pasó lo mismo leyendo "Los miserables", así que personalmente prefiero tratar de hacerme con las versiones completas y más tarde, si me gusta la historia, tal vez animarme con otras ediciones (Y si el bolsillo no me sangra, obvio). Esperaré a ver quién de las dos peca antes jajaja.

      ¡Un beso!

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  3. Es, como dice Norah,uno de esos clásicos que parece que echa para atrás. Espero animarme algun día y tener paciencia con esas descripciones.
    Un beso.

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    1. Lo hace, desde luego, porque es muy extenso. Pero una vez te metes en la historia la verdad es que es una delicia de lectura. Tal vez hace falta encontrar el momento adecuado.
      ¡Un beso!

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  4. No he leído este libro y desde luego ganas sí tengo. Esta edición que traes me gusta mucho pero también hay una ilustrada en dos volúmenes que me tiene loca. Ya veré cual cae.
    Besos

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    1. Creo que todas nos referimos a la misma... jajaja en el caso particular de ésta sus ilustraciones también son una pasada, colaboran mucho en ese "rescate" que la editorial ha querido hacer de la obra y su legado y precisamente ahora, meses después del incendio. Al ser grabados no te sacan del contexto ni de la época, me ha gustado el resultado.
      ¡Un beso!

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  5. Hola guapa, siempre tengo problemas con Victor Hugo, me pasaba igual con Dickens pero desde que he empezado David Copperfield he visto que me gusta cómo escribe, y es por la extensión de sus obras... No sé, da la sensación de que va a ser un tocho... Es verdad que eso de que se "enrolle" en las descripciones de la catedral igual da un poco de miedito.
    Bueno, igual algún día me pongo con él...
    Un besazo

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    1. ¿Y a quién no le da miedo meterse con un clásico? Y más si es extenso. Con David Copperfield sufrí de pereza y cuando por fin me animé a leerlo lo disfruté un montón, así que ya sabes, todo es ponerse. Unos no convencerán... y otros lamentaremos haberlos postergado tanto tiempo.

      ¡Un besazo!

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  6. ¡Hola! ^^
    Este es un clásico que tengo pendiente desde hace años, y con lo que me gusta París tengo claro que no me pienso perder. Tendré paciencia con esas descripciones, y espero que al final consiga disfrutarlo :)
    Besos!

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    1. Yo también lo espero, porque realmente la historia que contiene merece mucho la pena (Y es, al fin y al cabo, una carta de amor a Paris).
      ¡Un beso!

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  7. Tengo esta misma edición esperándome en la estantería desde hace un tiempecillo ya... Me gustaría leerla este año, a ver si me animo. Es de esos clásicos que sé que he de leer en algún momento. Lo que cuentas, me gusta. También me quedo con que hay que tener cierta paciencia y que merecerá la pena continuar jeje. Conozco la historia a través de la película de disney que me consta que es bastante diferente. Me ha gustado mucho la reseña, me la traes a la mente y me aumentas las ganas de leerla. Un saludo

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