Reseña: La virgen negra, de Ilaria Tuti

¡Cuervos días!

Qué inmensa ilusión me hace venir a hablaros de este libro, porque he disfrutado lo que no está escrito (paradójico) con su lectura. Sé lo que estaréis pensando. ¿Pero hay algún thriller que no disfrutes? Por supuesto, y os podría dar títulos pero para qué perder el tiempo con mis decepciones como lectora cuando os traigo un caramelito como pocos. Veréis.

"La comisaria Teresa Battaglia duda si seguir ocultando a su equipo la enfermedad que se ceba con su memoria, cuando recibe una llamada desde una galería de arte: ha sido hallado un retrato de enorme valor atribuido a un pintor de culto, Alessio Andrian, cuya undécima y última obra se creía perdida. El cuadro, sin embargo, posee un detalle que ensombrece el descubrimiento: la pintura roja que dibuja el rostro de una joven es en realidad sangre humana y, según el análisis cromático, el pincel del artista se empapó en un corazón que aún latía. Teresa y su equipo tienen que averiguar qué sucedió en 1945, año en que se pintó el cuadro, cuando el autor se encontraba escondido en los bosques cercanos a la frontera entre Italia y Yugoslavia huyendo de los nazis. Battaglia, con una salud cada día más frágil, debe confiar en la ayuda de su colaborador Massimo Marini, pero pronto se dará cuenta de que ella no es la única que oculta un secreto inconfesable."

La autora debutó con "Flores sobre el infierno", libro en el que nos presentaba a la comisaria Battaglia. No es necesario haberlo leído para lanzarse con "La virgen negra", de hecho yo no lo hice y he disfrutado tanto con éste que lo tengo preparadísimo para ser mi próxima lectura. Dejo a vuestra elección leer ambos o arrancar con éste.

El descubrimiento del cuadro no sería tan importante si no fuera por la composición de su pigmento: Se usó un corazón humano, aún latente, para pintarlo. Parece un caso imposible de resolver: Han pasado demasiados años y el autor del cuadro no ha vuelto a hablar desde entonces, convirtiéndose apenas en un muñeco. ¿Podrán Teresa Battaglia y su equipo desenmascarar éste macabro crimen?

Un arranque vertiginoso que no es más que la punta del iceberg. Una familia marcada por la tragedia, un guardián del bosque presente en clandestinidad, la dura batalla personal de nuestra protagonista, los fantasmas que acechan a su compañero Massimo Marini... es que no hay un cabo suelto, ninguna subtrama que aburra o pierda fuerza. Todas convergen, añaden tensión y un ritmo frenético del que no hay escapatoria.

Es la diada madre-hijo, el núcleo del que se originó la primera comunidad humana, y todo lo que somos. No la del hombre-mujer. Te enfrentas a un milagro al que estás invitado a participar. Recuérdalo la próxima vez que se te venga a la cabeza rechazarlo.

Escrito en tercera persona, aunque el protagonismo recae en la figura de Teresa nos encontramos un amplísimo elenco de personajes para nada planos. Está su compañero, Marini, también con un lado oscuro de lo más interesante. O Blanca Zago, una joven ciega que ha adiestrado a su perro para la detección de restos humanos. Y cómo olvidarnos de Alessio Andrian, el pintor, o de Francesco y Krisnja, la familia de la llamada "ninfa durmiente" que aparece en el cuadro. Me fascina como todos tienen algo que decir y pese a la diversidad de sus vidas logran converger en el transcurso de la trama central.

Otro punto a favor es que la novela tiene muchísimos diálogos y capítulos muy cortos, es fácil picarse y querer seguir leyendo "solo uno más". Por otra parte, tiene pequeños saltos en el tiempo para situarnos en la fecha del asesinato y a su vez ir dejando caer miguitas de pan que nos aproximan a un misterioso guardian de nombre Tiko Wariö; parece que la cultura y mitología autóctona de Val Resia intenten comunicarse.

¿En contra? Muy poco. Quizá este aluvión de información hace que necesitemos procesar algunos descubrimientos con calma, encajar bien a cada personaje como una parte del puzle antes de resolver el misterio. Y desde luego, es de esperar que ésta no sea la última novela de Battaglia, así que la sombra de que su autora se ha guardado más de un secreto para sí está muy presente.

El título hace referencia a una efigie perdida, una virgen negra que representa una blasfemia: Ella como parte de la trinidad, la mujer y no el hombre. Lleva la túnica roja, un manto azul. Es una deidad femenina y su simbolismo es esencial en la novela.

Sobresaliente. Solo así puedo concluir mi experiencia con "la virgen negra", una lectura a la que no le falta de nada y que me ha recordado a algunos de mis thriller italianos favoritos: La ambientación es esencial y se mezcla con tanta naturalidad en la trama que ni siquiera se te ocurre pensar que tal vez es ella, esa presencia omnipresente, el verdadero peligro tras sus páginas.