El coleccionista de piedras

¿Recordáis a los accidentales? Hoy os vengo a presentar otro habitante del mundo de la Imagi-Nation: El coleccionista de piedras. 

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Hay un momento en tu vida en el que admites que la gente jamás dejará de decepcionarte. Algunos entran, muchos salen, la mayoría sin permiso y sin tan siquiera mirar atrás. Te culparás y martirizarás pensando en qué hiciste mal, hasta que finalmente verás la realidad: Eran coleccionistas de piedras. De esos que prefieren tener muchos amigos sin confiar en ninguno, a unos pocos en los que poder confiar. De esos que prefieren una novia con un cuerpo extraordinario, a una que les haga sentir extraordinarios. De esos que es mejor saber olvidar.

Por lo visto existen personas que solo mendigan popularidad, o sentirse especiales, o que alguien les valore ya que ellos mismos son incapaces de quererse lo suficiente. A veces demandarán de ti más atención de la que merecen, y te buscarán solo cuando les interese. Se enfadarán si no les escuchas, pero no le darán importancia a lo que tú tengas que contarles. Les gusta sentirse el centro de atención pero no saben valorar todo aquello que los rodea. Porque no ven. No miran mas allá de su camisa y han olvidado que el resto también somos personas. Y el problema es encariñarse o enamorarse de estas personas. Te hacen sentir miserable, como si no valieras nada.
Por eso mismo hay que aprender a dejar de darles importancia y que no nos importe si esos coleccionistas deciden salir de nuestras vidas; desde un principio no merecieron entrar en ellas.

Algún día se darán cuenta de que perdieron un diamante,
mientras se entretenían en coleccionar piedras.

Y te diré algo más
sobre los diamantes;
No pueden romperlos.