A pesar de ti

Hoy escuché esa canción que habla de ti.

Me llevó de regreso a los recuerdos que se amontonan en mi subconsciente, agrupados en viejas cajas y asediados de pequeñas criaturas que se alimentan de mi desgracia.
Y pese a todo, siguen ahí.

De nada sirve tener el valor de decirte las cosas, cuando tú no valoras el esfuerzo que invierto en ti. No me gusta perdonar, y sin embargo lo hago. Tampoco mendigar un pasado, y sin embargo lo busco. El problema en esta búsqueda del tesoro es que necesito ayuda, y no la encuentro. Ni siquiera has notado la ausencia de esos recuerdos por los que tantas horas de sufrimiento llevo adeudadas. Tú no recuerdas nada. Lo que para mi son páginas viejas y nostálgicas, para ti son hojas en blanco sobre las que garabatear y hacer sangre, impunemente, como si no existieran consecuencias.
Como si yo no existiera.

Por qué he de sentirme una criatura errante y masoquista, por qué. Qué diablo decidió que existieran relaciones tan intensas, personas tan imprescindibles, que su mera ausencia crea un geiser en el fondo de tu corazón y lo comprime a tamaño bolsillo, lo mismo que las máquinas de reciclaje con la basura. Un geiser, sí. Porque sus recuerdos emanan calor, te recuerdan lo que un día tuviste... y acto seguido sientes el vacío donde antes existió algo, donde ya no queda nada salvo esa, la nada. Y la mierda comprimida a patadas en que te has convertido.

Y aunque me sobre todo,
a pesar de ti,
me faltas.

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