Reseña: Ana, de Roberto Santiago

Cuervos dias!

El libro de hoy tiene un título difícil de olvidar, casi tanto como la protagonista que lo bautiza. Ana Tramel es una de esas mujeres fuertes que han conseguido labrarse un nombre en su profesión gracias a sudor y esfuerzo, pero es que además pelea y araña con la misma fuerza en la vida personal. No es de extrañar que su película favorita sea "Rocky"...

"Años atrás, Ana Tramel fue una brillante penalista a la que se disputaban los mejores despachos. Un oscuro suceso en su pasado cambió su vida y ahora pasa sus días entre recursos administrativos en un mediocre bufete, ahogándose en un vaso de whisky. Pero su vida da un vuelco cuando su hermano Alejandro, con el que no habla desde hace cinco años, la llama angustiado. Ha sido detenido por el asesinato del director del Casino Gran Castilla.
Ana pide ayuda a su jefa y vieja amiga, Concha. Necesita la estructura y recursos del despacho para llevar adelante una defensa en la que tiene prácticamente todo en contra. Acompañada de un peculiar equipo (un viejo investigador, una abogada novel y un becario ludópata) se enfrentará a las grandes empresas del juego."

Me encanta el hecho de que baste el nombre de la protagonista para poner título a ésta novela. Ana. De entrada, queda más que claro que es una mujer capaz de sostener todo un libro y toda una historia, pero me temo que su arrolladora presencia va mucho más allá. Es además una penalista que conserva la fiereza y determinación de sus mejores días, y más aún si el caso que la encomiendan pasa al terreno personal: La detención de su hermano, los malos tratos que padece una de sus mejores amigas. Y es que el libro entrelaza varias tramas y así consigue llevarnos por diversos caminos, diferentes entre sí pero igualmente entretenidos.

Yo nunca había leído una novela que ahondara tanto y tan bien en el tema del juego o la ludopatía. Y creo que por eso Roberto Santiago decidió que ese sería uno de los hilos principales de su historia, porque pocos se habían atrevido a tocarlo antes y podía ser muy suculento.
Lo es.

Resulta diferente ver un thriller narrado desde el punto de vista judicial, ya que lo más tradicional suele ser avanzar con una investigación criminal y no a través de juicios donde se lo juegan todo, no sólo encontrar a los culpables sino también impartir justicia y que cada cual reciba lo que merece. Es otra forma de vivir la historia pero igualmente eficaz y adictiva, ya que no sabemos en quién confiar ni qué es realmente a lo que se enfrentan nuestros protagonistas.

La suerte, como todo el mundo sabe aunque a menudo se nieguen a reconocerlo, no existe. No es más que un punto indeterminado que se produce cuando se juntan las líneas de la oportunidad y la preparación.

Otro de los aspectos en los que ahonda la novela, además de la ludopatía y esas referencias judiciales bastante extensas y bien documentadas (disfrutaréis de los procesos como si estuvierais allí mismo) son las adicciones y problemas emocionales de su protagonista, incapaz de soportar la presión que estos casos la van a provocar. O las traiciones. O el miedo a ser la siguiente. Porque será la más dura y soportará "los golpes como nadie", tal  y como cita hasta la portada, pero no por ello es indestructible.

¿Contras? O lo lees en casa, o lo compras en digital. Es tan gordo que resulta imposible plantearse llevárselo a ninguna parte, y yo por lo general me suelo llevar un libro conmigo cada vez que viajo. Con éste no he podido hacerlo, se quedaba esperándome en casa tan paciente como mi perro y me dolía en el alma tener que retomar la historia una y otra vez. Porque sí, seré sincera: Roberto Santiago ahonda en muchos temas y sabe sacarles partido sin llegar nunca a aburrir, pero seguro que con unas cuantas páginas menos el efecto hubiera sido el mismo. Se me hizo largo, mucho. Disfrutaba con la historia pero al mismo tiempo tenía ganas de acabarlo y no parecía llegar el momento.


"Ana" nos ofrece un thriller judicial con una estructura diferente y una narración asombrosa con la que no hará falta saber de derecho para involucrarse de lleno en la trama. Pese a su extensión, la única crítica consistente que puedo ponerle, la historia avanza con naturalidad y realmente no sabrás a qué te enfrentas hasta el clímax final. Una pena que en mi caso no fuera tan trepidante como esperaba y mi interés se fuera perdiendo en sus páginas, llegando a disfrutar del intenso desenlace mucho más que con sus andanzas.