Reseña: La chica en la niebla, de Donato Carrisi

¡Cuervos días!

Si hay algo más bonito que reseñar un libro de un autor que me encanta, es que además ese libro me haya vuelto a sorprender. Porque sí, Carrisi lo ha hecho. Ha evolucionado, se ha reinventado y vuelve con una historia más oscura y adictiva aún si cabe. ¿Os atrevéis a adentraros en la niebla?

"La justicia no le interesa a nadie. La gente quiere al monstruo. Y yo les doy lo que quieren.» Una chica desaparecida en un pueblo de montaña. La lluvia, la niebla, las luces. Las luces son las de las cámaras. Han llegado los medios de comunicación. Y todo ha cambiado."

Con esta críptica sinopsis empieza el que en mi opinión bien puede ser uno de los thrillers de este verano. ¿Y por qué? Bueno, cuando empiezas a leer sin tener mucha idea de lo que vas a encontrarte... puede ser un desastre, o bien la más maravillosa de las sorpresas. En mi caso ha sido una lectura que no he podido soltar hasta terminarla, y no es decir poco. "La chica en la niebla" es una novela diseñada para poner en jaque tus sentidos y obligarte a cuestionarlo todo, incluso tu propia integridad. Odiarás al bueno, querrás amar al malo, dudarás de todo lo que leas y te replantearás por qué somos tan adictos al morbo, a lo ajeno. 
Al inspector Vogel le precede una fama de implacable y es un experto manipulador de los medios, pero también convive con el peso de un caso que no llegó a resolverse del modo esperado. Ahora, para redimirse, pondrá todos sus esfuerzos en encontrar a la pequeña Anna Lou... o al menos, demostrar que sabe lo que la ha pasado. Pero hay un mensaje recurrente en toda la novela, una idea que os rondará la cabeza y entorpecerá vuestras sospechas como la niebla que la da título:

El malo "hace la historia", a los lectores no les interesan las narraciones en las que los personajes sólo son buenos.

Quizá por eso Vogel se mueva entre la fina línea entre ser el héroe o el villano, el buen inspector o el hombre devorado por su vanidad. Por suerte para nosotros no estará solo, y es que hay otros tantos personajes que se ganarán nuestra desconfianza y viajarán entre la simpatía o la antipatía. Ya sabemos que en estas novelas nada es lo que parece y el autor disfruta jugando con nosotros, haciendo que el bueno parezca malo y viceversa... pero es que aquí esa línea es tan fina que en ningún momento llegas a tener claro quiénes son los verdaderos malos, si hay alguien a quien señalar con el dedo o tal vez los verdaderos causantes del crimen no sean los que mueven los hilos sino aquellos que se están dejando manipular.
Además en ésta novela hay un tercer factor casi tan importante como la persecución entre inspector y sospechoso: La prensa. Pueden tergiversar pruebas, ensalzar una figura y desterrar a una persona hasta la más absoluta miseria. Pero sobretodo, pueden ser cruciales en el destino de la víctima. Aquí llega una de las reflexiones más interesantes que hace esta novela, una que aún después de leerla me sigue rondando la cabeza: ¿Por qué siempre se recuerda al monstruo, pero no a las víctimas?
Así que sed bienvenidos a una deliciosa partida llena de engaños y manipulaciones, donde ni las pruebas más fiables constituyen una certeza. Y sí, esa pieza extra, la mezquindad y astucia con la que los reporteros hurgan en la herida y destapan los secretos del caso termina siendo un aliciente fresco y diferente para una novela que constantemente persigue desenmascarar la maldad y mostrarnos la naturaleza humana en todo su esplendor.

La captura del culpable hace que nos engañemos pensando que estamos a salvo. [...] El culpable suele ser un hombre corriente, sin ningún impulso creativo, incapaz de distinguirse de la masa. Pero si lo aceptamos así, entonces debemos admitir que, en el fondo, se nos parece un poco.

Del final tengo poco que decir sin dar pistas ni hacer spoilers, pero lo defino como vertiginoso. Consigue que todas las piezas encajen, las preguntas se resuelvan y ni siquiera nos parezca una resolución precipitada. Porque a la novela le sobran pistas con las que fácilmente cualquier lector podría haber anticipado su conclusión, pero nos dan tanta información falsa que cuesta confiar en nuestro instinto. Cuesta darse cuenta del verdadero papel que juega cada personaje. Y hasta aquí puedo leer.
A Carrisi os lo presenté hace meses con "El cazador de la oscuridad", una obra donde también ahondaba en la maldad propia de todos los seres humanos pero con un enfoque muy diferente al de ésta novela. Y sin embargo, ambas llevan su sello y enganchan de un modo irremediable. No es uno de mis autores favoritos por casualidad, y os aseguro que son pocos los que puedan permitirse llevar ese título.
Si ya lo conocías, "la chica en la niebla" es una aventura que no puedes perderte. Y si aún no has leído nada del autor... pppppffff, en serio, ¿Qué más necesitas oír?