"La ola feminista que vivimos ha llegado para quedarse y revolucionar el mundo. La indignación por el alud de casos de violencia machista, el auge de la extrema derecha en Occidente y la permanente falta de igualdad de género han hecho que millones de mujeres tomen conciencia feminista y salgan a la calle a manifestarlo. Esa misma rabia ha generado una eclosión de creatividad y muchas artistas gráficas han puesto su talento y sus obras al servicio de esta causa. Eso mismo hicieron las anteriores generaciones de feministas. Este libro repasa la historia de los iconos feministas, analiza algunos casos flagrantes de machismo en la historia del arte y nos ayuda a leer las imágenes que nos rodean (publicidad, medios, diseño...) con una perspectiva crítica de género."
Por suerte vivimos unos tiempos en los que ya se ha puesto el grito en el cielo. ¿Por qué se estudian tan pocas mujeres en los libros de texto? ¿Dónde están? "Lila" hace algo más que rescatar nombres que han dejado huella en la historia, bien sea por su arte o por sus mensajes reivindicativos. Además de esto, describe la ardua lucha que lleva existiendo durante generaciones por acabar con las desigualdades y reivindicar una libertad que se nos ha negado demasiadas veces.
El libro está publicado en tapa blanda con solapas. Estructurado en ocho apartados y con numerosas imágenes a todo color que ilustran cada obra, cada tema, cada personalidad. Desde el surgir del feminismo, sus pioneras, el papel de la mujer en la propaganda, su sexualización en el arte, su lucha más radical o la cultura de la violación.
Nombres como Christine de Pizan o Pullain de la Barre, da igual en qué época busques, siempre ha existido alguien pugnando por el feminismo. Entonces, ¿Por qué algunos hombres parecen intocables? ¿De verdad esperan que acatemos que su poder esté por encima de nuestras libertades? La mujer en un segundo plano: Musa de los artistas (Y muchas veces amantes de estos, fuera o no su voluntad), la que cuidaba del hogar y los negocios cuando los hombres fueron a la guerra y a menudo privada de sus derechos más fundamentales. Ya en 1848 se firmó un texto llamado "Declaración de sentimientos de Seneca Falls" donde pedían, entre otras cosas, el derecho al sufragio femenino, acceso a todas las profesiones y el fin de las discriminaciones raciales, puesto que no limitaba nuestras capacidades ni responsabilidades.
Por muchos es conocido el cartel de Rosie la remachadora, una de las formas de propaganda más populares y reproducidas a lo largo de la historia. Sin embargo, la historia no es tan feminista como puede parecer, ya que la figura de la mujer era utilizada para evocar la figura de la madre patria (O incluso la Libertad en aquel cuadro de Delacroix) pero no se las daba ningún papel real en esas contiendas, se las relegaba a ser un reclamo, un ser casi onírico. El cartelismo republicano o el auge del constructivismo fueron mostrando mujeres más realistas, pero en cuanto la guerra acabó se las volvió a exigir que regresaran a sus hogares y abandonaran las fábricas.
El libro avanza por toda la historia de ésta lucha, nuestra lucha, con multitud de ejemplos en todos los ámbitos artísticos. Por ejemplo, la llegada de la tercera ola tras la publicación de "La mística de la feminidad", el efecto que tuvo la aparición de Wonder Woman o a mensajes de mujeres como Angela Davis contra el colonialismo y la supremacía blanca.
Hay muchos grupos de lucha feminista nombrados en el libro, y aunque se sitúen en distintas ciudades o épocas sus semejanzas son tantas que asusta. Avanzamos también por el cine y la representación de la mujer, o esas revistas feministas donde se empieza a dar cabida a debates muy urgentes y necesarios.
Son los hombres los que han querido atribuir a las mujeres la causa de todos los males, y para reforzar su mensaje las han silenciado durante toda la historia. Por eso es necesario el activismo, o al menos la difusión de esas voces que pretenden acallar. Malala, el movimiento #MeToo o #Cuéntalo, las muchas ilustraciones que nos llegan hoy en día o esas magníficas pancartas que vemos cada 8M y cuyos mensajes se propagan por todo el mundo. Somos las hijas de las brujas que no pudisteis matar. Querían cortar la flor, pero nosotras somos la semilla. Nadie le preguntó al violador qué ropa llevaba.
Y aún intentan arrebatarnos muchos de los derechos que hemos conseguido tras una incesante lucha. Significa que nunca será suficiente. No podemos bajar la guardia ni retroceder, no podemos permitir que el ascenso de algunos vuelva a suponer la supresión de derechos para otros. De ahí la importancia de todos estos movimientos, de impedir que se olvide nuestro poder como sociedad. De esa magnánima sororidad. Por las que ya no están y por las que vendrán, se lo debemos.
El libro está publicado en tapa blanda con solapas. Estructurado en ocho apartados y con numerosas imágenes a todo color que ilustran cada obra, cada tema, cada personalidad. Desde el surgir del feminismo, sus pioneras, el papel de la mujer en la propaganda, su sexualización en el arte, su lucha más radical o la cultura de la violación.
Nombres como Christine de Pizan o Pullain de la Barre, da igual en qué época busques, siempre ha existido alguien pugnando por el feminismo. Entonces, ¿Por qué algunos hombres parecen intocables? ¿De verdad esperan que acatemos que su poder esté por encima de nuestras libertades? La mujer en un segundo plano: Musa de los artistas (Y muchas veces amantes de estos, fuera o no su voluntad), la que cuidaba del hogar y los negocios cuando los hombres fueron a la guerra y a menudo privada de sus derechos más fundamentales. Ya en 1848 se firmó un texto llamado "Declaración de sentimientos de Seneca Falls" donde pedían, entre otras cosas, el derecho al sufragio femenino, acceso a todas las profesiones y el fin de las discriminaciones raciales, puesto que no limitaba nuestras capacidades ni responsabilidades.
Por muchos es conocido el cartel de Rosie la remachadora, una de las formas de propaganda más populares y reproducidas a lo largo de la historia. Sin embargo, la historia no es tan feminista como puede parecer, ya que la figura de la mujer era utilizada para evocar la figura de la madre patria (O incluso la Libertad en aquel cuadro de Delacroix) pero no se las daba ningún papel real en esas contiendas, se las relegaba a ser un reclamo, un ser casi onírico. El cartelismo republicano o el auge del constructivismo fueron mostrando mujeres más realistas, pero en cuanto la guerra acabó se las volvió a exigir que regresaran a sus hogares y abandonaran las fábricas.
El libro avanza por toda la historia de ésta lucha, nuestra lucha, con multitud de ejemplos en todos los ámbitos artísticos. Por ejemplo, la llegada de la tercera ola tras la publicación de "La mística de la feminidad", el efecto que tuvo la aparición de Wonder Woman o a mensajes de mujeres como Angela Davis contra el colonialismo y la supremacía blanca.
A éstas alturas, en pleno siglo XXI, las mujeres siguen sometidas a cárceles que no tienen barrotes, pero que coartan su libertad como si los tuvieran: Los estereotipos, la dictadura de la belleza, los tabúes sobre la menstruación y la menopausia, la violencia obstétrica, la prostitución [...] y uno de los mayores atentados contra la integridad de las mujeres: La ablación.
Hay muchos grupos de lucha feminista nombrados en el libro, y aunque se sitúen en distintas ciudades o épocas sus semejanzas son tantas que asusta. Avanzamos también por el cine y la representación de la mujer, o esas revistas feministas donde se empieza a dar cabida a debates muy urgentes y necesarios.
Son los hombres los que han querido atribuir a las mujeres la causa de todos los males, y para reforzar su mensaje las han silenciado durante toda la historia. Por eso es necesario el activismo, o al menos la difusión de esas voces que pretenden acallar. Malala, el movimiento #MeToo o #Cuéntalo, las muchas ilustraciones que nos llegan hoy en día o esas magníficas pancartas que vemos cada 8M y cuyos mensajes se propagan por todo el mundo. Somos las hijas de las brujas que no pudisteis matar. Querían cortar la flor, pero nosotras somos la semilla. Nadie le preguntó al violador qué ropa llevaba.
Y aún intentan arrebatarnos muchos de los derechos que hemos conseguido tras una incesante lucha. Significa que nunca será suficiente. No podemos bajar la guardia ni retroceder, no podemos permitir que el ascenso de algunos vuelva a suponer la supresión de derechos para otros. De ahí la importancia de todos estos movimientos, de impedir que se olvide nuestro poder como sociedad. De esa magnánima sororidad. Por las que ya no están y por las que vendrán, se lo debemos.
Hola! No es un estilo de lectura que suela leer pero lo cierto es que trata un tema muy interesante y actual así que del todo no lo descarto. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
A mi me ha parecido muy interesante y completo, la verdad. Si cae en tus manos espero que también lo disfrutes :)
EliminarUn abrazo
Lo cierto es que echando la vista atrás sí que hemos avanzado mucho aunque todavía quede otro tanto por avanzar. Pero creo que estamos en el buen camino aunque es un camino injusto y difícil.
ResponderEliminarMe gusta que hablen del tema arte. Está menos manido.
Ya he comentado más veces que no suelo leer libros de esta temática pero una ve leí una novela del tema que creo que te gustaría mucho pero a lo mejor la has leído ya.
De Linda Hunt, Neverhome.
No la he leído pero ya mismo me pongo a curiosear porque el título me llama poderosamente la atención. En cuanto a éste te lo recomiendo, toca muchos temas, tanto autores clásicos como contemporáneos, obras famosas con movimientos quizá menos sonados... en definitiva, completísimo.
Eliminar¡Un abrazo!
¡Hola!
ResponderEliminarLlevo mucho tiempo queriendo leer un libro de este tipo, he visto varios pero ninguno me llamaba demasiado la atención hasta ahora. Este me lo apunto ya de ya, parece súper interesante.
¡Nos leemos! :)
Me alegra haberte ayudado en la búsqueda :) Me da que es un acierto seguro, porque como he dicho más arriba es muy completo y trae muchísimas imágenes con las que ilustrar cada tema.
Eliminar¡Un abrazo!
Bueno bueno Meg..., este libro me parece superinteresante y tu reseña una maravilla. Y eso, no hay que bajar la guardia y más en los tiempos que corren, da miedo que se puede retroceder en lo avanzado. Esperemos que no.
ResponderEliminarIgual lo has leído pero te recomiendo una pequeña joyita (pequeña porque se lee en media hora) "Todos deberíamos ser feministas" de Chimamanda Ngozi Adichie. Es un maravilloso compendio sobre todo lo que hay que saber acerca del feminismo, muy bien contado y por experiencia propia de esta mujer nigeriana.
Besos
Ay, cuántas recomendaciones me traéis. Ese lo tengo y me chifla, el que tengo pendiente es uno de los últimos que publicaron de la autora... porque fijo que también lo disfruto como una enana. En tu caso, y viendo que te gusta Chimamanda, me da que disfrutarás de éste.
Eliminar¡Un beso!
Hola guapa, tiene muy buena pinta, lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn besazo
Como ves no todo iba a ser poesía ;)
EliminarUn beso!
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que estoy leyendo libros feministas y este me viene de maravilla. Así que me lo llevo totalmente apuntado para que sea mi próxima lectura.
Gracias por la reseña<3
¡Nos leemos! Un besazo♥
Pues precioso ciclo de lecturas en el que te has embarcado :) Espero que lo disfrutes.
Eliminar¡Un abrazo!
Necesito leerlo lo antes possible♥
ResponderEliminarYa nos contarás.
Eliminar¡Un abrazo!
Me parece muy interesante. Me lo anoto.
ResponderEliminarGracias por traerlo.
Un beso.
A ti por pasarte. ¡Que lo disfrutes!
EliminarUn beso