Nadación sincronizada (O el síndrome de no hacer nada)


  ¿Estás trabajando en algo que va a serte útil mañana? Porque si no es el caso... para. De verdad, no malgastes tu tiempo en algo que te hará lamentar la de oportunidades que viste y no viviste. Si algo te importa, lo sabes. No necesitas el apoyo de nadie, ni su ánimo, ni que te obliguen a ponerte a ello. Lo sabrás. Porque morirás de ganas por empezar, por llevarlo a cabo, por hacerlo mejor que ninguno. Desearás comerte el mundo y hacer de tu sueño tu habilidad secreta, tu arma maestra, tu especialidad. Trabajarás y convertirás el deseo en realidad, en ambición, en justicia. Porque cuando alguien es bueno en algo, es cuestión de justicia que termine desarrollando sus talentos y haciendo de ellos algo maravilloso. No te fijes ideales de grandeza ni te halagues cuando te comparen. La excelencia consiste en marcar la diferencia. En dejar una huella que nadie sepa imitar y todos reconozcan sin titubear.
Porque te querrán superar.

Hay soñadores sin sueños y sueños que no son soñados por nadie. Metas inalcanzables porque sus dueños se niegan a levantar el culo de la silla y tachar las dos primeras letras en imposible. Yo no entro en éstas categorías. Soy de las que han puesto nombre a cada uno de sus latidos, porque tengo claro a qué se deben, de qué se alimentan, qué es lo que piden. Me piden leña. Necesitan que los avive y una vez vivos son el fuego del que genero  un deseo que arrasa y destroza cada obstáculo, cada crítica, cada duda, cada página en blanco. Si ellos me hablan, yo escucho. Porque donde pongo mis latidos, pongo mis ganas.
Cuántos he visto reír y llorar en su ignorancia del no saber que no están haciendo nada. Y lo peor es que son una plaga. Se multiplican, se imitan. No seamos parte de un movimiento que consiste en quedarse quieto. Ponle voz a las bocas que han sido silenciadas por miedo a arriesgar en un sueño tan distinto como necesario. Necesitamos cambiar. No lo dejes de intentar.
Yo soy una obra en proceso. Estoy trabajando en ello.





Agradecer a Oliver Araujo por su confianza al publicar mi artículo "Si puedo imaginarlo, puedo lograrlo" en su web. Podéis leerlo AQUÍ.

9 comentarios:

  1. Hola!

    Es un artículo muy interesante y la verdad es que me ha gustado mucho, ¡te sigo!
    Se nota que te gusta hablar y comentar sobre estas cosas.

    PD: Te invito a pasarte por mi blog ;)

    Un abrazooo ^^

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    1. Gracias por pasarte, Jorge. Nos vamos leyendo.

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    2. Gracias por pasarte, Jorge. En ese caso nos iremos leyendo.

      Un saludo!

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  2. Me ha gustado, es completamente cierto.
    La flojera retiene y va de la mano con la estupidez. Lo digo por experiencia propia.
    Saludos, me quedo por aquí.

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    1. Los que menos tienen suelen ser los que más presumen, sí. Por eso es mejor seguir tirando del carro y dejarles tanta tontería a los que la quieran.

      Un placer, Azul. Nos leemos.

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  3. Holaa ¿Como estas? Espero estés bien ;)
    Te quería pedir que por favor te pasaras por mi blog,
    soy nueva como todos lo fueron c:
    -Besos

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  4. Es hermoso el texto y tienes toda la razón.
    Yo sé por experiencia que al quedarte quieto te vas hundiendo poco a poco en el "síndrome" que mencionas, pero hay que aferrarse a algo y hacer que ese algo sea una de las mejores obras en tu vida.

    Un abrazo enorme.

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    1. Tipo arenas movedizas, ¿No? Pero con una ramita a mano que te ayude a salir del fango si te decides a agarrarte con fuerza. Sí, yo también creo que la vida es más o menos eso.

      Otro abrazo, Fer.

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  5. Qué mejor que soñar y hacerlo verdad sobre tierra.
    Me quedo por aquí para leerte.
    ¡Saludos!

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