Reseña: Animales, de Emma Jane Unsworth

¡Cuervos días! ¿Qué tal se han portado los reyes? Espero que os llegara ese libro tan deseado. Y hablando de libros, hace algunos días os recomendé ésta preciosidad como posible regalo... pero prometí que traería su reseña, así que ¡Allá vamos!.

"Laura y Tyler han vivido su década de los veinte a tope, en un torbellino de fiestas que nunca se terminaban, una querencia por las drogas que ha ido de las ganas de experimentar con cierta cautela a colocarse con entrega absoluta, resacas que no acababan hasta el lunes por la mañana… Sin embargo, las cosas están cambiando. Laura se ha comprometido con Jim, un pianista clásico a quien no le gustan los desfases de Tyler y la mala influencia que ésta tiene sobre su prometida. Jim intenta que Laura sea más adulta, que se decida por un comportamiento aceptado socialmente, pero Tyler no está dispuesta a dejarla ir tan fácilmente. Una novela cruda e hilarante para una generación atrapada entre una adolescencia tardía y la edad adulta, que se pregunta a qué tiene que renunciar para crecer."

A mi lo que me lleva a recomendar un libro es siempre un motivo de peso, algo que va mas allá del contenido. Si logra transmitirme algo, si lo termino con la sensación de que no soy la misma o he disfrutado de su lectura hasta el punto de buscar un rato dentro de lo imposible para seguir leyendo... entonces, amigos, ese es EL LIBRO. 
'Animales' nos presenta una historia de amistad como tantas otras, dos chicas prácticamente inseparables que lo comparten todo (Incluida su locura). Juntas se olvidan del mundo y los problemas, las responsabilidades, pierden el miedo y las vergüenzas para convertirse en aquello que son por naturaleza, lo que todos llevamos oculto muy por debajo de la piel: Animales, sí, animales. ¿Nunca te ha pasado? Conoces a alguien con quien no necesitas fingir ni aparentar porque no te juzga, al contrario, te invita a expresar todo lo que reprimes porque crees que nadie podrá comprenderlo. Con una amistad así no es de extrañar que a Laura se la compliquen las cosas desde el momento que decide comprometerse, y es que la simple palabra lo dice todo: Ya no será libre de hacer lo que quiera, sino que se convertirá en una persona responsable y, en apariencia, madura. Eso es lo que se espera de ella.
Me diréis que el planteamiento inicial no engancha. ¿Alguien sabe lo que haría de estar en la piel de Laura? Porque no, no es fácil. Nadie quiere dejar atrás esa vida alocada y juvenil donde ser feliz y divertirse es el centro de tu existencia. Además, ¿Qué hay de Tyler? Es su mejor amiga, sí... pero también la que la arrastra al descontrol, la que la lleva a consumir drogas y salir de fiesta hasta las tantas de la noche. Muchos pensaréis que es una amistad tóxica, pero lo que yo veo es a una persona que se niega a dejarse encadenar por los juicios morales de los demás.
Por otra parte, unos personajes tan dispares te permiten saborear multitud de diálogos impagables y reflexiones de las que es imposible no formar parte. Tyler termina siendo ese "demonio malo" que nos susurra al oído, mientras que Jim o la propia Laura intentan ser la voz coherente, la racional, la que opone resistencia. Todos tenemos un poco de ambas. No hay que olvidar que Laura, al fin y al cabo, es una chica que busca estabilidad y un amor de cuento, de los que reconfortan y te convierten en mejor persona. Es una suerte que no se quede sólo en eso, ya que sus sombras y el lado 'salvaje' que nos desvela cuando se junta con su alma gemela (Tyler, que no Jim) la hacen muy humana y cercana, casi parte de nosotros mismos. Sobresaliente en cuanto a personajes, porque sin duda traspasan el papel.

—Los equipos son horribles. Las familias son horribles. La gente es horrible. ¿Por qué perpetuar el horror?  —¿Y entonces por qué no vives sola? ¿Por qué me quieres a tu lado?
Ninguna de las dos lo dijo, pero ahí estaba, sobreentendido. Brilló en su mirada al mismo tiempo que a mí se me pasó por la cabeza, pero me dio miedo decirlo y sabía que a ella también. "Nosotras antes éramos un equipo."

Como lector sientes la distancia entre dos personas que fueron uña y carne, y se te remueven sentimientos comunes. A nadie le resulta indiferente ese paso de la juventud a la madurez, el miedo a la soledad, la distancia, el olvido. Y si además eres fan de los clásicos estás de suerte, porque si de algo está plagada la novela es de referencias y citas a grandes genios de la literatura. Para qué más.
La edición es en tapa dura, el canto de las páginas viene en negro, y ese regalo para los ojos que tiene por portada es obra de la ilustradora Paula Bonet. Además, como suele ser costumbre con ésta editorial, al comprar el libro físico adquirís de manera gratuita su versión digital. En este aspecto soy incapaz de poner pegas porque la presentación es impecable. Espera, ¿Dices que no le he puesto pegas a nada? Bueno, tal vez, yo que sé. Aún pienso en Navidad y el espíritu ese me afecta.
Una novela desgarradora, cruda y fluida como la vida misma. Te costará soltarla pero aún más olvidarte de lo que te hizo sentir.

Y ahora sí, contadme. ¿Los reyes mayos os han dejado algún regalo literario?