Reseña: Caraval, de Stephanie Garber

¡Cuervos días!

Hoy os traigo una de magia y aventuras, pero no una cualquiera. Es la novela que más he disfrutado en mucho tiempo y eso sin ser de uno de mis géneros favoritos. Si eso no es suficiente para animaros, me temo que tendréis que seguir leyendo hasta el final.

"Scarlett Dragna nunca ha abandonado la pequeña isla en la que ella y su hermana Tella viven bajo la vigilancia de su estricto y cruel padre. Desde hace años Scar sueña con asistir a la celebración anual de Caraval, unos legendarios juegos que duran una semana y en los que la audiencia participa para ganar el Gran Premio. Caraval es magia, misterio y aventura. Y para Scarlett y su hermana representa la libertad y poder huir de su padre. Ahora que está a punto de casarse con un hombre al que nunca ha visto, Scar cree que su sueño nunca se cumplirá. Pero justo dos semanas antes de la boda recibe las tan ansiadas invitaciones a los juegos. Sin embargo, una vez allí nada sale como espera: Legend, el Maestro de Caraval, secuestra a Tella y Scarlett se verá obligada a entrar en un peligroso juego de amor, sueños, medias verdades y magia en el que nada es lo que parece. Real o no, sólo dispone de cinco noches para descifrar todas las pistas que conducen hacia su hermana, o ésta desaparecerá para siempre…"

Me rabia que en la sinopsis del libro no logren captar ni la mitad de su esencia, dejándolo como si fuera "Una saga más". Pero lo que yo he encontrado en Caraval dista de ser una historia del montón, aunque, eso sí, tiene materia cinematográfica y me encantaría que llegado el día se hiciera una adaptación a la altura. No: Caraval es único en su especie.

La historia bebe un poco de la magia de Alicia en el país de las maravillas, el mago de Oz, tal vez una pizca de Los juegos del Hambre... y a su vez, es original y diferente. Legend es el misterioso maestro que, cada año, organiza unos juegos bastante atractivos donde nada es lo que parece. A su servicio tiene a un amplio elenco de intérpretes que se aseguran de dar vida al mundo de Caraval, cambiando la historia cada año para mantener su atractivo y que ninguno de los jugadores sepa cómo ganar. Otros, por el contrario, viajan a Caraval con el objetivo de asistir como espectadores de todo cuanto suceda a lo largo del juego. Y tú, querido lector, entras en esa categoría. Estaremos siendo testigos de cada una de las decisiones de Scarlett, correctas o no, y al igual que ella llegaremos a replanteárnoslo todo. Porque... ¿Dónde acaba la realidad y empiezan los trucos?

Una publicación compartida de Meg Raven (@elcuervodealasrotas) el 1 de Mar de 2017 a la(s) 1:43 PST

Con estas sagas siempre me da miedo cómo se irá a desarrollar la historia de amor, porque suele ser un elemento infalible y en este caso no ha sido diferente. Pero temía que cayera en el clásico amor a primera vista, infumable, edulcorado, ficticio. Por "suerte" y al tratarse de un juego... bueno. ¿Quién ha dicho que sea amor, después de todo? Tal vez solo sea una artimaña, y ver a los protagonistas tontear hace que odies quererlos y quieras odiarlos. No sabes si lo que lees es verdad o Julián está jugando unas cartas muy bien estudiadas, lo cual, además de torturarte, hace que la lectura sea una delicia. Me encantaron los protagonistas y la forma en que, pese a la mutua desconfianza, ambos evolucionan a lo largo de la novela. Es algo que siempre valoro mucho porque lo considero muy difícil de lograr, pero Stephanie Garber ha sabido sorprenderme no solo con su imaginación sino también con su prosa. Elegante, adictiva.

Por otra parte tenemos a Tella, la hermana. Con ella nunca supe a qué abstenerme, si era tan fría como la pintaban o en realidad ella sí es de las que se enamoran a la primera de cambio. Llegué a pensar ambas cosas y la novela, una vez más, me demostró que hacía mal en intentar juzgarla. Pese a su vanidosa apariencia, y una actitud que en más de una ocasión roza lo masoquista, creo que es un personaje muy interesante del que sin duda nos queda mucho por saber.

La edición del libro también es un punto a favor imposible de pasar por alto. No solo está dividido en partes (elegantemente adornadas) sino que además trae las cartas de sus protagonistas, con ribetes incluidos, y el imagotipo de Caraval al principio de cada capítulo. Eso, por supuesto, si la portada ya de por sí no os había parecido suficiente regalo para los ojos.

El primero de una saga más que prometedora, Caraval reinventa las leyes de su género e imagina un mundo donde a más de uno nos encantaría perdernos mucho mas allá del tiempo que nos entretenga leerlo. Da igual el género que te guste leer, y da igual la edad que tengas. Creo que cualquier persona con un mínimo de magia en el corazón disfrutará de ésta fascinante aventura.
Por lo que... sí, dadme un redoble de tambores, porque éste pequeñín se va a llevar toda una notaza.

¿Cuál es el libro mas mágico que recuerdas?